Bolivia: incertidumbre y desconfianza a los políticos marcan el clima preelectoral

El clima preelectoral en Bolivia está marcado por la incertidumbre y una población golpeada por la situación política actual, con una fuerte percepción negativa de los candidatos a las elecciones presidenciales de mayo, según la encuesta publicada por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).

Casi el 42% de los bolivianos se dijo afectado por el contexto político actual, tras la suspensión en octubre de los últimos comicios por supuesto fraude del ex presidente Evo Morales, quien se vio obligado a dejar el cargo y pedir refugio, primero en México y luego en Argentina.

Esta crisis, denunciada por Morales como un golpe de Estado, llevó a la entonces senadora conservadora Jeanine Áñez a autoproclamarse presidenta e instaurar un gobierno de facto en el país andino.

Si bien tanto el malestar como la esperanza bajaron con respecto al clima preelectoral de septiembre, la incertidumbre subió más de ocho puntos, según la muestra del Celag.

Esta inquietud por la situación del país generó desconfianza en la clase política, que se vio reflejada en una fuerte percepción negativa de los aspirantes a la Presidencia.

Todos ellos superaron el umbral de 50% de imagen negativa: el peor percibido es el ex mandatario Jorge Tuto Quiroga con 79,1%, seguido de cerca por el evangelista Chi Hyung Chung con 78,5% y el ex líder cívico de Santa Cruz Luis Fernando Camacho (74,8%).

Casualmente, aquellos que lideraban las intenciones de voto, tuvieron una apreciación menos negativa.

Fue el caso de Áñez y del candidato del opositor Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce, con 54,5% y 54,9% de imagen negativa, respectivamente; mientras que el ex presidente Carlos Mesa obtuvo 64,9%.

Estos datos apreciativos se reprodujeron en el caso del techo electoral de los aspirantes presidenciales, en el que la gobernante de facto volvió a salir beneficiada con 40,6% de votantes dispuestos a elegirla, seguida por Arce (39,6%) y Mesa (34,6%).

Sin embargo, los sondeos sobre intención de voto estaban encabezados por el candidato del MAS con 33,1%, mientras que Áñez lograba 20,5% de los sufragios y Mesa 17,4%.

Estos resultados derivarían en una segunda vuelta, ya que la Constitución boliviana determina que para ganar en primera vuelta el aspirante debe reunir el 50% más uno de los votos válidos o al menos un 40% con diez puntos de diferencia sobre el segundo.

Aunque el informe del Celag no brinda estimaciones al respecto, otras encuestas previas señalaron que Arce perdería frente a la mandataria interina por un ajustado margen, que de todos modos está dentro del margen de error de los sondeos de intención de voto.

Un triunfo que podría resultar paradójico, si se tiene en cuenta que, según el Celag, casi un 65% de los bolivianos consideró que no debería haberse postulado como candidata.

En reiteradas ocasiones, Áñez había dicho que no participaría de los comicios de mayo, pero finalmente anunció su candidatura horas antes de que el Tribunal Supremo Electoral cerrase el plazo de inscripción, lo que causó sorpresa y repudio generalizado entre sus aliados.

El documento del Celag dio muestra también del contexto socioeconómico que sufre Bolivia, con más del 80% de la población preocupada por el racismo existente y la violencia contra las mujeres.

Casi un 70% de los bolivianos estaban también angustiados por la inseguridad en las calles, mientras que 64% estaba alarmado por el aumento del desempleo.

De hecho, un 62,4% temía perder su trabajo, según dicho informe.

Si bien la mayoría de la población (41,9%) consideró que la situación económica estaba igual, 85,5% manifestó la necesidad de mantener los bonos sociales y casi 52% rechazó las privatizaciones por considerarlas negativas para el funcionamiento de la economía.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/202003/438726-bolivia-incertidumbre-y-desconfianza-a-los-politicos-marcan-el-clima-preelectoral.html

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