El Central no puede romper con su esquema de control cambiario por su compromiso ante el FMI. Preocupación en el Gobierno por la corrida.
Mientras la escalada del dólar no se detiene, el Gobierno se ató de pies y manos y no podrá intervenir en el mercado cambiario, por lo menos aún. Con grave preocupación, desde el oficialismo culpan al contexto internacional por la incesante devaluación.
Tras una jornada extremadamente volátil, el tipo de cambio cerró a $ 44,92, de acuerdo al promedio del Banco Central (BCRA). El segmento mayorista aumentó más de un peso y cotizó a $ 43,87.
¿Qué puede hacer el Gobierno para frenar la sangría en el mercado? Nada. El esquema implementado por la autoridad monetaria establece un rango de intervención que hoy se ubica entre los $ 39,29 y los $ 50,84, y seguirá subiendo cada día. Y en el caso de poder operar en el mercado, el monto máximo para vender o comprar es de apenas U$S 75 millones.
A esa suma se le podría agregar la venta diaria de U$S 60 millones provenientes del préstamo del FMI, si es que el organismo lo aprueba el próximo 5 de abril. Sin embargo, las cantidades que maneja el BCRA son insignificantes en comparación a los valores que se manejan en la plaza mayorista, que rondan los U$S 1.200 millones, por lo que el impacto sería mínimo.
Respecto a esta crisis, el Gobierno culpó a los vientos externos por la corrida. Altas fuentes del Ejecutivo señalaron a El Destapeque “hay varios cambios de los pronósticos de los bancos centrales del crecimiento de las economías desarrolladas, perspectivas que van a ser menores”. “Si la moneda de Brasil, que es el principal socio comercial argentino, se devalúa 1,9%, Argentina reacciona siempre más”, explicaron.
Para tratar de mitigar la escalada del verde, el Central interviene activamente en el mercado de futuros. Pero las magnánimas pérdidas en las arcas públicas que genera Guido Sandleris a través de estos contratos no calman las expectativas de la City.
El segundo frente de batalla del BCRA, el tipo de interés al 67%, genera el efecto contario al que pretende el Gobierno. Además, lleva a la quiebra a cientas de Pymes, que no pueden financiarse con tasas asfixiantes, fomenta que los buitres amasen grandes ganancias en pesos y luego las cambien por dólares para llevárselas del país, ya que Mauricio Macri eliminó todas las regulaciones preexistentes. En la jerga del mercado, esta práctica es conocida como “carry-trade”.