Llama poderosamente la atención la similitud de parecidos en CABA, Mar del Plata, Pinamar y Tandil, entre otros municipios donde en lugar de cuidar los contagios parecieran propiciarlos, cualquiera que se detenga 5 segundos a pensar como es posible que ésto se lleve adelante casi del mismo modo, no puede menos que caer en cuenta que hay una acción política común entre ellos.
La CABA es primer anti-ejemplo, es la primer Capital del mundo en relación contagios/habitantes y sin embargo Larreta parece que ignora este triste record y sigue abriendo espacios de contagio, lo ocurrido este fin de semana con los bares y restaurantes fue tremendamente obsceno, pero recién va a tener sus consecuencias en 10 o 15 días, sin embargo; en lugar de volver hacia atrás, dispuso continuar con la apertura multando apenas a 12 bares de los cientos que violaron la normativa; algo similar hizo Montenegro en Mar del Plata, cuando la ciudad parecía estar acorde con sus números y en calma; dispuso una apertura total a modo de “prueba” y detonó el sistema sanitario del distrito a los 15 días.
Pinamar es un caso patético, Yeza parece no comprender que lleva adelante un nuevo mandato como intendente, en el peor de sus momentos invitó a entrenar a Las Leonas, los contagios se elevaron, abrió pautas de trabajo no esencial, los números lo contradecían nuevamente, armó un protocolo espantoso de visita para “no residentes”, en esta apertura nueva ahora se le disparan los números entre las personas mas vulnerables, un asilo de ancianos esta completamente infectado; el sujeto que dirige el distrito parece no entender de que se trata, en la mejor de las miradas, la peor indicaría que francamente no le importa absolutamente nada de lo que suceda con la salud de la población residente.
Tandil es quizás el peor ejemplo nacional, en los últimos 10 días quintuplicó sus contagios (pasó de 50 a 300); producto de la apertura indiscriminada del distrito, no obstante en lugar de formular una fina autocrítica, empeoró la situación, crearon un modus operandi para salir del sistema de fases, inventaron un sistema propio de “semáforo”, (rojo, amarillo y verde), esto literalmente no le deja espacio alguno a la clase mas vulnerable del distrito en elegir entre contagiarse o no, el sistema es abierto, de modo que sólo los que tienen dinero pueden cumplimentar su aislamiento cómodamente mientras sus trabajadores no pueden optar, son lanzados a la calle a trabajar o a quedarse sin empleo.
Una vez más la premisa se cumplimenta sin espacio posible para la refutación, EL NEOLIBERALISMO MATA.
