El proceso de “Adecuación del transporte urbano de pasajeros”, que contempla la fusión de líneas, cambios de recorridos y suspensión de algunas frecuencias, que impulsa el intendente Pablo Javkin generó malestar en muchos barrios de Rosario y los vecinalistas advierten que las modificaciones perjudicarán sensiblemente la conectividad de la ciudad.
Es que el déficit que arrastra el sistema de transporte público que hace años viene perdiendo pasajeros y la crisis se terminó de profundizar con la irrupción de la pandemia que generó una caída histórica del corte de boleto. Mientras que en las décadas de los 70 y 80 registraban un promedio de 200 millones de viajes de colectivos por año, en 2019 lo hicieron 96 millones y no llegaron a más de 10 desde el comienzo del confinamiento por el coronavirus, según documenta el Observatorio Social del Transporte.
La situación llegó al extremo en que la ciudad estuvo casi 90 días sin colectivos por los reiterados paros de la UTA por atrasos en el cobro de haberes y aguinaldo. Pero como las medidas de fuerza coincidieron con los meses de cuarentena estricta, no generó mayores resquemores en la ciudadanía y hasta ayudó a que la tasa de contagios no se dispare.
En consecuencia, todos los bloques políticos reconocen la necesidad de hacer ajustes en el sistema. Sin embargo, la oposición denunció que los cambios los hizo el Ejecutivo, sin consulta previa y en base a la ecuación económica por boleto priorizando los recorridos superavitarios sin contemplar la utilidad social del servicio.
“El problema es que ese reordenamiento se hizo con un criterio exclusivamente comercial, para mejorarle a las empresas la cantidad de pasajeros transportados por kilómetros recorridos”, expresó a LPO el concejal Eduardo Toniolli, quien fue uno de los impulsores de la creación del Observatorio del Transporte.