Actualmente científicos de todo el mundo están estudiando qué especies de animales pueden infectarse con los coronavirus y propagarlos tanto en condiciones urbanas como en la naturaleza. Gracias a esto, podrán comprender qué los distingue del SARS-CoV-2 y cómo este último adquirió el conjunto de características únicas que llevaron a la pandemia de covid-19.
Un grupo de biólogos moleculares estadounidenses ha dado un paso en esa dirección y ha descubierto una mutación puntual en el genoma del coronavirus, que ocurre en todas sus cepas humanas y está ausente en sus parientes más cercanos, que infectan a murciélagos y pangolines. Gracias a esta mutación, el virus pudo haber “aprendido” a infectar a los humanos, escriben los científicos en un artículo publicado en el portal bioRxiv.
Cabe señalar que el documento de los especialistas no fue revisado por expertos independientes, por lo que sus conclusiones deben tratarse con precaución.
Evolución del coronavirus
Esta mutación fue hallada en la región S2M, un segmento especial no codificante del ARN del coronavirus que se encuentra en los genomas de muchos otros tipos de virus. Aunque no saben cómo apareció el S2M en el genoma del virus y qué papel juega, los biólogos creen que es crucial en su ciclo de vida.
De acuerdo con el equipo, dirigido por Mehdi Mirsaeidi, profesor asociado de la Universidad de Miami, la aparición de una mutación en la región S2M del ARN del coronavirus, que no tienen sus parientes, que infectan a pangolines y murciélagos, “podría incrementar” su carga viral y “viabilidad”.