“Guedes no ofreció la renuncia. Si Paulo Guedes tiene algunos problemas específicos y sufre ataques, es mucho más su competencia que por eventuales deslices, algo que también cometí yo tiempo atrás”, dijo el presidente durante la asunción como jefe de gabinete (Casa Civil) del general Walter Souza Braga Netto.
Según la prensa, el ala militar del gobierno de Bolsonaro cuestionó a Guedes luego de que el Banco Central divulgara una estimación de crecimiento en 2019 del 0,89 por ciento, contra el optimista 2,50 por ciento cuando inició el gobierno.
Los militares -Bolsonaro es un ex capitán del Ejército que reivindica a la dictadura- han ganado poder en el Palacio del Planalto con la llegada de otro uniformado, Braga Netto, en lugar de Onyx Lorenzoni, un político de los tradicionales del partido Demócratas.
Ahora, toda la articulación con el Congreso será hecha por uniformados.
“Estoy seguro que Guedes seguirá con nosotros, seguirá hasta nuestro último día de gobierno”, subrayó Bolsonaro en el acto.
El ministro de Economía, el más poderoso del gabinete, es un ultraliberal admirador de la escuela económica de Chicago y reivindicador de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
En las últimas semanas fue centro de escándalo en un gobierno que los acumula casi a diario.
Guedes cuestionó como una crítica que durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) “hasta las empleadas domésticas viajaban a Disney” a raíz de que el dólar estaba bajo respecto del real.
La moneda brasileña se devaluó más del 8% en 2020 y llegó a niveles record, cotizada a 4,35 por dólar, mayor nivel desde 1995, cuando se inició el Plan Real.
En el marco de la reforma administrativa para el sector del Estado, Guedes también tuvo que pedir perdón por haber llamado “parásitos” a los empleados públicos en un gobierno poblado de ellos, como los militares.
