Una candidatura del ministro de Gobierno de Llaryora anticipa la pelea por el próximo gabinete

Una candidatura del ministro de Gobierno de Llaryora anticipa la pelea por el próximo gabinete

Todo es especulación en el peronismo cordobés, que se prepara para una elección compleja por tres motivos: la ausencia de un candidato natural, como Juan Schiaretti; la “ruptura” de Natalia de la Sota, quien se llevaría la “pata progre” del cordobesismo; y la alta performance de los libertarios, que esperan meter al menos cuatro diputados.

Sin Schiaretti en la cancha, se abre la temporada de caza en el peronismo provincial. Quien parece picar en punta para encabezar la lista es Manuel Calvo, actual ministro de Gobierno, pero un experimentado del poder en Córdoba: fue ministro de José Manuel de la Sota y vicegobernador de Schiaretti.

Calvo es una pieza clave en la construcción de Llaryora, quien cree que serán los intendentes del bipartidismo los que le darán la ingeniería electoral para ser reelecto en 2027. Por eso los mima con un fondeo histórico: 13.131 millones de un programa de cancelación de deuda y 99.750 millones del Fondo Federal Cordobés. Es la principal arma de Calvo para una eventual campaña: todos los intendentes le deben algo.

El massismo cree que Natalia de la Sota le puede ganar a la lista de Llaryora

Aunque el peronismo sabe que pierde la elección -y que la derrota será mayor sin Schiaretti en la lista-, hay que comprender que el propio Llaryora perdió en 2017 frente a Héctor Baldassi y a los dos años se quedó con la intendencia de la ciudad de Córdoba. Quien encabece la boleta cree que podrá iniciar el mismo camino del actual gobernador.

La salida de Calvo del Ministerio de Gobierno abrirá otra batalla por su sucesión. Allí se anotan dos grandes candidatos. Por un lado está Miguel Siciliano, jefe de bloque en la Legislatura provincial. Y en los borradores aparece Julián López, actual ministro de Justicia. López ya ocupó Gobierno con Schiaretti y Siciliano fue secretario de Gobierno de Llaryora en la Municipalidad.

Aunque el peronismo sabe que pierde la elección -y que la derrota será mayor sin Schiaretti en la lista-, hay que comprender que el propio Llaryora perdió en 2017 frente a Héctor Baldassi y a los dos años se quedó con la intendencia de la ciudad de Córdoba

En el caso de Miguel Siciliano, para seguir en carrera, se especula que antes su esposa, Victoria Flores, actual ministra de Medio Ambiente y Economía Circular, debería dejar su cargo, para lo cual la salida sería ser la número 2 de la lista de Diputados. “No vamos a tener a marido y mujer en el mismo Gabinete”, advierten en el peronismo.

Por las dudas, Sicialino inició una sostenida gira por el interior provincial. Allí, se reúne con dirigentes del peronismo, muchas veces destratados por el esquema cordobesista. “Miguel va, se junta con los peronistas, los escucha, les explica el proyecto de Llaryora. Está sembrando”, dicen cerca del jefe de bancada. Es una siembra tanto para una eventual campaña a diputado de él o de su esposa, y para el caso de que sea llamado a reemplazar a Calvo en Gobierno.

El ministro Julián López

En el caso de Julián López tampoco sería una novedad que tras dos años de administrar una brasa caliente como es el Servicio Penitenciario, vaya a una silla menos problemática. Es otro sommelier del poder: ministro de De la Sota y Schiaretti, tuvo que administrar varias veces la relación del Ejecutivo con el Poder Judicial provincial, colonizado en su cúpula por distintas facciones del peronismo.

Siguen las especulaciones: una salida de López abriría la posibilidad de que Ignacio Segura recale en el sillón que siempre quiso, el de ministro de Justicia. El ex presidente del Colegio de Abogados es un llaryorista puro: fue asesor estrella de Llaryora en la Municipalidad, donde mantuvo la relación con el Sindicato de Empleados Municipales.

Con lazos con el Surrbac -el poderoso gremio de los recolectores de residuos de Córdoba que comanda la familia Saillén- y con el Consejo de la Magistratura de la Nación -a través de Fernanda Vázquez, decana de Derecho en la Universidad de Lomas de Zamora, tropa del rector Diego Molea-, Segura es un K de buenos modales con terminales en varios gremios “nacionales y populares”. .

Con la expectativa de retener las dos bancas que pone en juego, no es menor quién será la segunda candidata. A Flores se suma la vicegobernadora Myrian Prunotto, quien resiste dejar de liderar el Poder Legislativo. Aunque Prunotto al principio se entusiasmó con la campaña para posicionarse como candidata a intendenta de la ciudad de Córdoba, el escándalo de la “empleada fantasma” la dejó herida pese a que se trató de una práctica del peronismo capitalino.

Finalmente, Natalia de la Sota parece encaminada a confrontar con Llaryora y llevarse con ella a los socios “progresistas” del cordobesismo, aquellos que quisieran que el gobernador asuma una posición confrontativa con Milei. En Hacemos Unidos se entusiasman con que De la Sota se quede con la novena banca, aquella que históricamente le corresponde al kirchnerismo, una forma de cerrar el ciclo K en Córdoba. En el 2027, en la elección que importa, “el kirchnerismo no tendrá donde ir si no es con Llaryora”.

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