Desde hace 20 días el puerto de San Pedro está paralizado tras un episodio que puede abrir un conflicto internacional y que expone al intendente local, Cecilio Salazar, hombre fuerte del directorio, apuntado por los serios problemas de infraestructura de la terminal portuaria.
El barco Yasa Tokyo, con bandera de las Islas Marshall, zarpó del Puerto San Pedro el 23 de mayo con 33 mil toneladas de trigo valuadas en 7.8 millones de dólares, con destino al puerto de Luanda, Angola. Sin embargo, tras recorrer pocos metros, quedó atracado.
El problema fue que luego de terminado el dragado ocurrió el desastre de la tormenta que inundó la zona. La Compañía Sudamericana de Dragados había removido 80 mil metros cúbicos y ahora la contrataron para remover 200 mil metros cúbicos de sedimentos que se acumularon luego de la tormenta.
Ordenan la indagatoria del intendente de San Pedro por contaminar el río Paraná
Este nuevo dragado demandaría un desembolso de 2.1 millones de dólares, cifra que obligó a abrir negociaciones para conseguir los fondos.
El tema es que ahora en el sector temen que Blue Star Company, dueña del buque varado, avance con medidas que escalen en un conflicto internacional por no poder cumplir en tiempo y forma con el traslado de la carga a Angola.

El barco varado en Puerto San Pedro lleva 33 mil toneladas de trigo con destino a Angola.
Por lo pronto, solo por abastecer a su tripulación, los costos diarios rondan entre 25 y 30 mil dólares.
En el puerto de San Pedro hay quienes acusan por falta de obras al intendente Salazar, quien pisa fuerte en el directorio portuario desde la creación del consorcio por parte del gobierno de María Eugenia Vidal, con quien Salazar, por entonces, tenía un alineamiento político desde el Partido FE.
Desde entonces, hay una puja entre sindicatos y cámaras por el control del puerto que -sostienen fuentes consultadas- atentó contra el avance de la infraestructura portuaria pero que nunca logró trastocar el poder de Salazar en el directorio.
Por eso, el foco está puesto en el manejo que, desde la comuna, se hace del puerto, que tiene un gasto operativo cercano a los 100 mil dólares por mes.
Los usuarios del puerto apuntaron contra un “Estado ausente” y un intendente “incompetente” que “no se encargan de gestionar las obras”.
“No se entiende en qué se gastan”, dijo un productor que utiliza el muelle y agregó: “Siempre se hizo cargo de todo el sector privado, pero no se van a hacer cargo de un barco varado. Ahora el municipio no sabe qué hacer”.
Al estar fuera de operatoria el puerto, las arcas municipales también se ven afectadas ya que la comuna cobra tasas por la utilización del muelle. Con esta inactividad, se generaron pérdidas por $90 millones.
En 2023, fueron las empresas que operan en el puerto las que se hicieron cargo de los costos del dragado. Pero, ahora, no harán aportes frente a los nuevos trabajos en los que, según el propio consorcio portuario, hay que refular más de 300.000 m3 de sedimento para restablecer las condiciones operativas del Puerto
“Significa la extracción equivalente a tres años de sedimentación normal del rio Paraná y triplica el volumen refulado en el reciente y último dragado”, dicen.
El conflicto ya provocó la cancelación de otro ingreso previsto para el 6 de junio y pone en duda la operatoria futura, lo que pone en jaque las cargas de porotos previstas para julio, agosto y septiembre.
Así, a Salazar se le suma un nuevo frente de conflictividad, en paralelo a la causa por la que, como contó LPO, el intendente fue llamado a indagatoria a raíz de la contaminación del río Paraná con efluentes cloacales desde una zona recreativa cercana al puerto.
