Los 44 años que acredita su documento le permiten a Santiago Peña, candidato a la presidencia de Paraguay por el gobernante Partido Colorado, afirmar que “los jóvenes quieren jugar en las ligas mayores” e incluirse en esa franja, una meta que podría alcanzar si el domingo gana las elecciones y se convierte en el sucesor electo del mandatario Mario Abdo Benítez.
Más difícil le resulta a este economista, en cambio, explicar por qué “Paraguay va a estar mejor” -una frase que repite y que transformó en lema- si gana la misma fuerza que gobernó 65 de los últimos 69 años del país.
Ganador de las internas de la Asociación Nacional Republicana (ANR, el nombre oficial del coloradismo), a Peña le toca en la compulsa del domingo representar el complejo papel de defender la gestión, pero también diferenciarse y prometer un futuro pujante.
Peña, un asunceño nacido en 1978, hizo casi todo a corta edad: fue padre de un varón a los 17 años, ya en pareja con Leticia Ocampo. Y un año después tuvo una segunda hija.
Peña es economista, fue docente en la UCA y tiene publicados algunos trabajos de investigación en áreas de política monetaria y finanzas
Se licenció en Economía en la Universidad Católica capitalina a los 23 años y apenas dos años después logró un master en Administración Pública en la Universidad Columbia, en Nueva York. Para entonces ya había sido analista del Fondo de Desarrollo Industrial con solo 21 años y trabajado para el Banco Central paraguayo.
En 2009, Peña fue requerido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, para desempeñarse como economista responsable de países en África.
En 2012, este escorpiano fanático de la milanesa con puré fue designado miembro del directorio del BCP por cinco años y en 2015, con Horacio Cartes en la presidencia del país, ocupó el Ministerio de Hacienda. Tenía apenas 37 años.
Fue entonces cuando se supo que había estado afiliado al opositor Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), fuerza a la que renunció para vestirse de colorado y unirse a la ANR antes de asumir la jefatura de Hacienda.
“Me siento con la conciencia tranquila de saber que he actuado en función a mis convicciones y el sentido de pertenencia a un proyecto en beneficio del desarrollo del país”, dijo entonces para explicar su salto.
Justamente del PLRA es quien el domingo buscará frustrar sus pretensiones de comandar el país: el también exministro Efraín Alegre, que lo acusa de ser una marioneta de Cartes.
El economista fue docente en la UCA y tiene publicados algunos trabajos de investigación en áreas de política monetaria y finanzas.
No es la primera vez que Peña aspira al sillón principal del Palacio de López: quiso lo mismo en 2018, pero perdió las internas del partido ante Abdo Benítez, que después le ganó las generales justamente a Alegre.
En un corto que difundió su equipo de prensa, reconoció que se levanta apenas “cinco minutos antes de salir” y contó que, cuando puede, pasa por el gimnasio
En un país conservador y de fuerte tradición machista, Peña rompe con la línea general de la ANR: es favorable al matrimonio igualitario y hasta declaró que es preciso discutir el derecho al aborto sin prejuicios.
En un corto que difundió su equipo de prensa, reconoció que se levanta apenas “cinco minutos antes de salir” y contó que, cuando puede, pasa por el gimnasio. “Los grandes hombres estuvieron llenos de fracasos. Todos saben los aciertos de Michael Jordan, pero nadie sabe que fue mucho lo que erró” dijo entonces.
Curiosa cita a un basquetbolista de alguien a quien le gusta mucho el fútbol (es hincha de Olimpia), practica paddle y supo jugar rugby a nivel selección local, con la que disputó dos mundiales.
Pero tiene citas más cuestionadas: hace apenas semanas dijo al Folha de San Pablo, de Brasil, que el dictador Alfredo Stroessner fue el responsable de “más de 50 años de estabilidad en Paraguay”.
El sector del presidente Mario Abdo Benítez, perdedor de las internas de diciembre, mira con recelo la candidatura del elegido de Cartes, ahora jefe partidario
Desde marzo de 2018, Peña ocupa el cargo de director del Banco Basa, propiedad del grupo Cartes.
El candidato se arriesga a sufrir las consecuencias de una división partidaria que, casi como nunca antes, esta vez pareció no zanjarse más allá de la ausencia del tradicional “abrazo republicano” que suele unir a los adversarios de las internas pasada la pulseada.
El sector del presidente Mario Abdo Benítez, perdedor de las internas de diciembre, mira con recelo la candidatura del elegido de Cartes, ahora jefe partidario.
En su página personal, a la pregunta de por qué busca ser presidente, Peña responde: “Quiero que Paraguay sea un país más desarrollado, más justo, que sea un país protagonista en la región y el mundo. Estoy convencido de que podemos generar un mayor beneficio para todos los paraguayos”.
Tiene a favor la estructura construida durante años por el partido, aunque ahora aparece agrietado entre dos sectores. Y en contra una alianza inusual, que apuesta que el Gobierno haya sufrido un desgaste importante.
