“Me parece demencial que haya quienes ya piensen en ser candidatos el año que viene u otros que quieran llevar adelante actos que los protocolos no podrían permitir. ¿Viven en un termo, no ven cómo están las cosas hoy? Algunos de los que buscan eso, es porque no han hecho otra cosa que trabajar de la teta del estado”, dijo Ramón Mestre el diálogo con LPO.
Sin mencionarlos, sólo en ese párrafo el ex intendente de la ciudad de Córdoba disparó contra Luis Juez, Rodrigo de Loredo y Mario Negri, representantes del arco más anti mestrista dentro de Juntos por el Cambio.
Se sabe que al primero le imputa haber blanqueado ya sus pretensiones de encabezar el tramo al Senado para el ´21; al segundo, de insistir con la realización del proceso de renovación de autoridades partidarias en la UCR local en medio de la pandemia; y al tercero, de permanecer en cargos públicos desde el ´83 a la actualidad.
El actual presidente del partido en Córdoba busca tomar distancia de la rosca política interna y dice estar focalizado en las prioridades de la provincia en un momento de profunda crisis sanitaria y económica.
No obstante, frente a LPO, admitió que la resolución de la interna partidaria terminará tallando en la estrategia frentista para abordar las instancias electorales que se vienen y señaló que avanza con su idea de reflotar un “Cambiemos a la cordobesa”; un concepto lanzado en el 2018 justamente cuando asumía la titularidad del partido.
El radical quiere liderar un proceso de ampliación del espacio hacia otros sectores políticos, independientes y de organizaciones sociales, con el propósito de construir una alternativa provincial más sólida y competitiva para enfrentar al peronismo en el 2023.
A Mestre, por ahora, no se lo escuchará decir públicamente qué aspiraciones tiene y cómo podría jugar en los comicios de medio término, pero en su sector hablan de que es “el candidato natural” de la coalición para encabezar la boleta a la Cámara Alta. Un renglón por demás codiciado por cada uno de los socios locales que componen la alianza, incluso a donde muchos mencionan a su correligionario Mario Negri.
Es más, hacia adentro del radicalismo cordobés hay quienes entienden que las diferencias actuales podrían zanjarse en un acuerdo de partes entre los dos ex candidatos a gobernador: Negri postulado para el Senado; Mestre, encabezando Diputados. Una ecuación que, aunque les cerrara a los protagonistas, dejaría más heridos que la efectivización de la interna que el mestrismo busca evitar a través de una lista de consenso.
Lo cierto es que la UCR no resolvió todavía si posterga sólo la fecha de sus elecciones previstas para el 6 de diciembre mientras sigue adelante con las otras instancias perentorias como el cierre de listas; o si directamente suspende todo el proceso y los pospone hasta el año que viene.
Sobre ese último escenario, habría que resolver si además también se prorroga el mandato de Mestre al frente del partido o si, como impulsan algunos sectores, se conforma una mesa normalizadora. La primera opción parecería ser la más sencilla pero también la más resistida; el arco opositor al ex intendente lee que darle tiempo extra al frente del partido terminará beneficiando a quien justamente buscan borrar de la conducción.
A su vez, el mestrismo que aún no definió candidato y que tampoco descarta impulsar la reelección de su conductor, entiende que una prórroga de las autoridades actuales por algunos meses sería lo lógico para un contexto excepcional como el de la pandemia. Allí, los radicales apuntan como antecedentes a otros dirigentes con mandatos extendidos, entre ellos, el propio Negri o el caso del ex legislador Miguel Nicolás.
“Creo que primero debemos resolver el proceso de renovación de autoridades para fortalecer nuestra posición interna y después, en una segunda fase, encarar la estrategia de coalición. Particularmente creo el camino debe ser dentro de Juntos por el Cambio con liderazgo de la UCR”, agregó el ex intendente.