El Gobierno español, autodenominado el más progresista de la historia y compuesto por dos partidos oficialmente republicanos y progresistas, ha decidido aumentar el presupuesto del ministerio de Defensa en más de un 4% y el de la Casa Real en más de un 6%. Ello con el agravante de encontrarse España en una de las situaciones sociales, sanitarias y económicas más complejas de las últimas décadas por ser uno de los países más hondamente castigado por la pandemia de covid-19 que azota el planeta desde hace casi un año.
Con todo, los datos oficiales ni siquiera son lo peor, ya que tanto el gasto militar como el gasto de la Familia Real, sacudida por múltiples corruptelas en las últimas décadas, se encuentra difuminado en otras partidas presupuestarias, de tal forma que habría que estar dispuesto a una expedición casi arqueológica para encontrar el verdadero gasto. Muy superior al oficial.
Más de 20.000 millones de presupuesto, un ministerio en quiebra y un gasto militar imparable
Así, aunque el gasto comunicado del ministerio de Defensa haya aumentado un 4,7% hasta alcanzar 10.863 millones de euros –que quedarían en 9.072 millones si se descontara el gasto al CNI, organismos autónomos y transferencias–, lo cierto es que el presupuesto real se eleva por encima de los 15.000 millones de euros teniendo en cuenta el criterio OTAN y por encima de los 20.000 millones de euros si atendemos al criterio Delàs –Centre Delàs D’Estudis per la Pau–. Esto se debe a que diferentes partidas presupuestarias que deberían contabilizarse como gasto militar quedan englobadas en otros ministerios. Por si fuera poco, todos los años se produce un incremento del gasto presupuestado cercano al 10% del gasto oficial –de 800 a 1.000 millones de euros–, pero ha llegado a suponer hasta el 30%.
Hay que señalar, además, que el ministerio de Defensa se ha comprometido a la adquisición, en mitad de la pandemia –25 de agosto–, de 348 blindados 8×8 por valor de 2.100 millones de euros, que solo serán la avanzadilla de un plan especial de armamento que supondrá 998 vehículos y más de 3.800 millones de euros –si no se produce el habitual sobrecoste, claro–. Igualmente, se pretende ampliar el número total de militares para elevar la cifra total en más de 7.000 militares hasta alcanzar los 127.000 efectivos, lo que supondrá un contratación estimada de unos 10.000 militares más y el aumento del pago de pensiones de varios miles de militares al año hasta alcanzar los 27.000 pensionados de tropa temporal en 2027 –no olvidemos que los militares temporales cesan, pero cobran una pensión–. El ministerio de Defensa español es un pozo sin fondo.