Jair Bolsonaro se desligó de la crisis humanitaria en la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, donde el sistema sanitario está completamente desbordado y los pacientes con Covid-19 mueren por falta de oxígeno en los hospitales. De hecho este viernes hubo incidentes en los galpones que distribuyen oxígeno, donde la gente por su cuenta se agolpó para asegurarse un tubo ante la falta del fluido en el sistema público.
Manaos es el epicentro de la segunda ola de coronavirus en Brasil y los contagios se han disparado exponencialmente aparentemente por el surgimiento de una nueva cepa de la enfermedad. Por falta de tubos de oxígeno, este jueves más de 750 pacientes fueron trasladados hacia otros estados en aviones militares y el gobernador tuvo que declarar un toque de queda de 11 horas diarias en toda la ciudad.