
Un barco en mal estado arribó al puerto de Beirut (Líbano) un 21 de noviembre de 2013 y desde entonces no se movió a ninguna parte. Aproximadamente 7 años más tarde, su carga potencialmente peligrosa se convertiría en la principal sospechosa de la devastadora explosión que azotó la ciudad.
Aparentemente, el buque MV Rhosus se había hundido en el mar en 2015 o 2016, según comentó el excapitán de la nave, Boris Prokoshev a The New York Times. Sin embargo, el equipo de investigación del diario afirma haber encontrado la ubicación exacta del navío a poca distancia del epicentro de la tragedia. El análisis de imágenes satelitales y datos de seguimientos de barcos también permitieron conocer su ubicación a lo largo de los últimos años.