El arranque de la discusión por el Presupuesto provincial 2026, que se aprobó en primera lectura la semana pasada, desató una fuerte tensión entre el gobernador Martín Llaryora y los estatales, que tiene como eje la sustentabilidad de la Caja de Jubilaciones, un agujero negro de gasto estatal, que en Córdoba estiman no recibirá ayuda de la Nación.
Para empezar a abordar un déficit proyectado de 820 mil millones, Llaryora propuso un incremento en el aporte que hacen los estatales a la Caja de Jubilaciones local.
Córdoba nunca transfirió el sistema previsional de sus estatales a la Nación y en este contexto, con el recorte de envíos desde el Gobierno nacional y la caída en la recaudación, el llaryorismo impulsa ahora un incremento de un 4% en el aporte de los estatales provinciales que implica, en algunos casos, un recorte del 26% del salario.
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Esto motivó que durante el fin de semana los gremios se pusieran en alerta y el arranque del martes fuera con una concurrida movilización por el centro de la capital cordobesa que derivó en una reunión en la Legislatura provincial entre el legislador provincial y jefe del bloque del oficialismo, Facundo Torres, el secretario General de la Gobernación, David Consalvi, y el titular de la Caja de Jubilaciones, Adrián Daniele, junto a los principales referentes de los sindicatos afectados. De allí, la construcción de una mesa de diálogo frente a un escenario complejo para el llaryorismo que lleva, desde que arrancó su gestión en diciembre del 2023, su segundo ajuste a los estatales cordobeses.
El primero fue a días de asumir y después de tener la certeza, tras presenciar la asunción del presidente Javier Milei, que el libertario no enviaría ningún tipo de fondos a las provincias. Con esa afirmación el mismo 10 de diciembre de ese año, semanas más tarde impulsó el primer incremento de cuatro puntos en los aportes de los estatales al sistema previsional para sostener el déficit de la Caja de jubilaciones.
El jefe del bloque del oficialismo, Facundo Torres, el secretario General de la Gobernación, David Consalvi, y el titular de la Caja de Jubilaciones, Adrián Daniele, junto a los principales referentes de los sindicatos estatales de Córdoba.
Ahora la proyección es similar, Llaryora entiende que no habrá envíos extraordinarios de Nación y que al sistema previsional cordobés ingresará lo acordado en la Corte Suprema entre Anses y la Provincia por la deuda: un envío de 5 mil millones de pesos mensuales hasta abril del 2026. Muy lejos de los casi 35 mil millones de pesos mensual que tendrá el déficit de la Caja en Córdoba a partir de enero. Aunque otras cuentas del gobierno estiran el rojo hasta los 820 mil millones por todo el 2026.
Frente a este escenario, el primer amague del gobernador fue inquietar a los gremios con transferir la Caja a la Nación o dejarla para que la administren los propios sindicatos, amenazando incluso con convocar a una consulta popular. Ambas descartadas de plano en la movilización de ayer, previo al encuentro con los funcionarios provinciales.
“Con eso en la mesa no nos sentamos a discutir. Ni con eso, como tampoco con el recorte del 4%”, dijo Rubén Daniele, el combativo líder de los empleados municipales en Córdoba. Y uno de los que encabezó la marcha multisectorial en contra de lo decidido en el Presupuesto que ya tiene media sanción, que contó para esa aprobación en general una vez más con los votos del radicalismo y que tiene, además y como telón de fondo, la negociación en el Congreso por la ley de leyes nacional y la reforma laboral.
En este marco, la jugada de la diputada de Defendamos Córdoba, Natalia de la Sota tuvo una buena recepción entre algunos de los sindicalistas que se reunieron con la Provincia. La hija del exgobernador impulsa un proyecto para que se blinde el envío de fondos de la Nación a las cajas provinciales no transferidas al sistema previsional nacional y que esa iniciativa se incluya en el Presupuesto 2026 que la Casa Rosada negocia con los gobernadores.
La peronista disidente metió una cuña así en la tensión entre Llaryora y los estatales y en la noche del martes subió la vara al sostener que no respaldará el Presupuesto en el Congreso. Saben en el delasotismo que hay una hendija sobre la cual presionar en el vínculo entre los herederos del cordobesismo y los gremios; y que esa relación, como otras en el peronismo mediterráneo, no atraviesa un buen momento.