‘La Fundación Felices los Niños es un bosque abandonado’

Foto Tamara Grinberg
Foto: Tamara Grinberg.

La Fundación Felices los Niños ahora es “un bosque abandonado donde se respira un aire muy denso”, describió Tamara Grinberg, una fotógrafa y docente que trabajó entre 2016 y 2019 en el lugar, donde tomó imágenes que luego fueron parte de un ensayo fotográfico por el que recibió una beca de estudio que la llevó a Madrid, España.

Grinberg trabajó seis años en la Escuela de Educación Secundaria Agraria N°1 de Hurlingham, la primera de arte del Municipio que forma parte del Polo Educativo que funciona en el predio que supo pertenecer a la Fundación Felices los Niños.

En diálogo con Télam, contó que comenzó a trabajar cuando el padre Grassi fue detenido y se intervino la Fundación.

“Cuando empecé a darme cuenta lo que era el lugar comencé a registrarlo”, expresó Grinberg cuyo trabajo se centró en los abusos sexuales eclesiásticos en la Argentina, especialmente en el caso Grassi.

Foto Tamara Grinberg
Foto: Tamara Grinberg.

Como docente comenzó a recorrer las instalaciones del predio. “Cuando ingresé todavía estaba la gente en planta que trabajaba cuando Grassi era director de la fundación. Había sacerdotes que seguían dando Salud y Adolescencia”, evocó sobre aquellos años.

Describió la convivencia de ese momento como “difícil y tensa” y dijo que algunos de sus alumnos habían sido bautizados por Grassi y no sabían “lo que había hecho”.

“En su momento la directora tenía carteles que decían “Padre Grassi Inocente” al lado de una escultura tamaño real de la Madre Teresa de Calcuta junto a su escritorio”, detalló.

Según Grinberg, por entonces predominaba el discurso de que “era todo mentira”, que “era una cama que le habían montado al cura”, por lo que había mucha gente defendiéndolo.

Foto Tamara Grinberg
Foto: Tamara Grinberg.

Parte de esas imágenes se sumaron a un ensayo fotográfico titulado “Lo que Puede un Cuerpo” sobre abusos sexuales eclesiásticos, con el que ganó una beca para realizar un máster de fotografía documental en Madrid.

“El predio es gigante y el lugar está abandonado. Las fotos las saqué con lo que yo me animaba a caminar en el bosque”, relató a Télam sobre el lugar que había albergado en los años noventa a uno de los hogares más importantes del país.

Entre ellas, hay imágenes del hogar “Los Juanitos” en el que vivían niños de entre 6 y 12 años, la capilla y la última oficina de Grassi.

“El lugar estaba con el pasto crecido y te encontrabas con vírgenes como si fueran esculturas en el medio del bosque. Pasa algo que sucede con los lugares donde ocurrieron hechos de mucha violencia, por más que uno los resignifique sigue habiendo un aire muy tenso”, comentó.

Foto Tamara Grinberg
Foto: Tamara Grinberg.

Con Grassi en prisión por abuso de menores y las denuncias de malversación de fondos la fundación dejó de recibir el caudal de donaciones previo, y comenzó a notarse el deterioro en las instalaciones.

“Cuando saltan las primeras denuncias ya la gente deja de donar en el nivel de antes. Él (Grassi) recibía donaciones muy grandes y se paseaba por todos los programas de televisión”, remarcó.

No venían ni a cortar el pasto, había paredes electrificadas. En su momento la fundación tenía grifería francesa, pero nosotros no teníamos para los repuestos, había que cambiar todas las cañerías”, recordó.

 Fotos: Tamara Grinberg.

El predio hoy: un Polo Educativo y un hogar de rehabilitación

La sede principal de la Fundación Felices los Niños, un predio de 65 hectáreas en el partido bonaerense de Hurlingham que tuvo a cargo el cura julio César Grassi desde 1993 hasta 2001, se encuentra hoy dividido entre un Polo Educativo, un hogar de rehabilitación que administra el Obispado de Morón y un sector de Gendarmería Nacional.

En 1993 el Estado nacional le otorgó a Grassi la cesión gratuita del uso del predio que en ese momento era del partido de Morón, para un proyecto denominado “Hogar Granja Escuela Taller”.

Tras las denuncias por abuso sexual infantil y corrupción de menores que llevaron a Garssi a prisión y los escándalos de malversación de fondos que rodearon a la fundación, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) quedó a cargo del predio, y cedió cinco hectáreas a la Diócesis de Morón y a Gendarmería Nacional.

CASA NUESTRA SEÑORA DEL BUEN VIAJE
Según informó el Obispado de Morón a Télam, la AABE le otorgó dos hectáreas en las que está emplazado el hogar de rehabilitación “Casa Nuestra Señora del Buen Viaje”, donde hay entre 50 y 60 chicos en distintas etapas de tratamiento.

Allí, hay una construcción de dos pisos: en uno viven los chicos que transitan la primera y segunda fase de rehabilitación, mientas en la planta baja se encuentran los dormitorios, salas de espacio común, cocina y una cancha de fútbol techada. La planta alta está inhabilitada.

Además, cuentan con otra construcción de menor escala, en las que hay dormitorios, cocina y un espacio común para quienes transitan la tercera fase de rehabilitación.

Un tercer espacio está destinada al uso de lavadero, y en un sector del predio hay una huerta en donde trabajan en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

GENDARMERÍA NACIONAL
De acuerdo al relevamiento de la AABE, las tres hectáreas restantes fueron cedidas a Gendarmería Nacional, que utiliza el terreno como cuartel.

POLO EDUCATIVO
En el predio de la Fundación que supo liderar Grassi, cuando era una figura muy popular y recibía vastas donaciones ante de conocerse las denuncias por abusos, también funcionan 11 complejos educativos.

Claudia Bracchi, subsecretaria de Educación de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, dijo a Télam que en 2014 la Dirección Provincial de Personas Jurídicas intervino en la fundación para transferir los establecimientos de gestión privada a la órbita estatal.

En 2015 se firmó un convenio entre el consejo de la administración “Felices los Niños” y la Dirección General, pero dos años después hubo una nueva intervención con el objetivo de disolver la entidad.

De esta manera, en 2018 con las 11 entidades educativas funcionando en todos los niveles (maternal, inicial, primaria, secundaria, formación docente, adultos y formación profesional), se conformó el Polo Educativo de Hurlingham.

Según detalló la funcionaria, las instituciones agrupan a una población de 2.796 personas entre alumnos, docentes y auxiliares, que se divide en dos sectores, uno con ocho hectáreas y otro con dos y media.

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