Israel aceptó establecer “pausas diarias de cuatro horas” en sus operaciones militares en el norte de la Franja de Gaza, anunció Estados Unidos en medio del recrudecimiento de los combates entre tropas israelíes y milicianos del movimiento islamista palestino Hamas en esa zona del enclave y los renovados pedidos para permitir un acceso de la ayuda humanitaria.
Estos ceses de hostilidades de cuatro horas “se anunciarán con tres horas de antelación”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, desde la Casa Blanca.
“Los israelíes nos dijeron que no habría operaciones militares en estas zonas mientras duren las pausas”, añadió y dijo que la decisión de Israel de permitir esas pausas se produjo después de “un gran compromiso” por parte de Washington “para tratar de garantizar que la ayuda humanitaria pudiera entrar y que la gente pudiera salir de forma segura”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, indicó que “no hay posibilidad” de un alto el fuego en Gaza, en declaraciones a periodistas antes de su partida hacia el estado de Illinois, indicó la agencia de noticias AFP.
En ese sentido, el mandatario aseguró que había pedido al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, “una pausa de más de tres días” en los bombardeos lanzados desde que el 7 de octubre pasado, cuando milicianos de Hamas realizaron una incursión en territorio israelí que dejó más de 1.400 muertos, en su mayoría civiles, en el que además se tomó a unas 240 personas como rehenes, entre ellas una veintena con nacionalidad argentina
Los ataques de Israel a su vez dejaron más de 10.800 muertos, entre ellos unos 4.400 niños, de acuerdo con el movimiento palestino que gobierna en la Franja de Gaza.
A los bombardeos lanzados desde el ataque de Hamas, Israel le sumó el 27 de octubre una ofensiva terrestre que, según su ejército, le permitió entrar “profundamente” en la ciudad de Gaza. En el operativo ya murieron 34 soldados israelíes.
Según Israel, la ciudad alberga el “centro” de Hamas, escondido en una red de túneles de varios cientos de kilómetros.
En ese marco, el ejército israelí anunció que el miércoles tomó el control de un “importante centro” de Hamas en Jabaliya, un campo de refugiados del norte de Gaza, desde el que “los terroristas se entrenan y llevan a cabo ataques”.
Antes del ingreso en el norte del enclave, Israel instó a la población civil a evacuar masivamente hacia el sur: la ONU cifra en millón y medio el número de personas desplazadas dentro del territorio, de unos 2,4 millones de habitantes.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), cientos de miles de personas se encuentran todavía en el norte del enclave en “una situación humanitaria desastrosa”.
Un alto cargo militar de Israel negó sin embargo que exista una “crisis humanitaria” en Gaza, aunque reconoció “la situación difícil” de los gazatíes.
Desde hace casi un mes, el territorio palestino se encuentra asediado, sin acceso a agua, comida, medicamentos ni electricidad y dependiente de los escasos convoyes de ayuda que entran por el punto fronterizo de Rafah desde Egipto.
Por ese paso también fueron evacuados decenas de heridos palestinos.
En el hospital Al-Awda de Jabaliya, “los médicos utilizan linternas frontales” y los cirujanos operan “con anestesia local”, afirmó el doctor Ahmad Mhanna.
Ante esta situación, el presidente francés, Emmanuel Macron, pidió una “rápida pausa humanitaria” y “trabajar para un alto el fuego” en la Franja de Gaza, aunque insistió en el respeto al derecho de Israel a defenderse del ataque de Hamas, al encabezar una conferencia de ayuda humanitaria en París, que se destacó por la ausencia de representantes israelíes.
“En lo inmediato tenemos que trabajar para proteger a los civiles. Esto requiere una pausa humanitaria muy rápida y tenemos que trabajar para lograr un alto el fuego”, declaró Macron al abrir la actividad.
El presidente subrayó el derecho de Israel a defenderse, pero “respetando el derecho internacional y protegiendo a los civiles” gazatíes.
En tanto, el representante de Brasil en la conferencia de ayuda humanitaria para Gaza, el exministro Celso Amorim, abogó por un “cese del fuego” y estimó que la muerte de miles de niños en bombardeos israelíes hace pensar a un “genocidio”.
“La muerte de miles de niños es impactante. Inevitablemente nos viene a la mente la palabra genocidio”, apuntó el consejero del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Amorim consideró que la situación actual forma parte de “un conflicto más amplio que ya dura 75 años” y cuya solución, en su opinión, es “el reconocimiento de un Estado palestino viable” junto a Israel “con fronteras seguras y aceptadas” por ambos.
Durante la actividad en París, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) alertó de nuevo sobre “la pesadilla que atraviesa Gaza”, que “más que una crisis humanitaria, es una crisis de la humanidad”.
Sin embargo, pese a los llamados a un alto el fuego humanitario, Netanyahu recalcó que no lo concederá sin la liberación de los rehenes.
La Yihad Islámica, otro grupo islamista palestino, difundió un video en el cual se ve a dos rehenes israelíes (una mujer de unos 70 años y un adolescente) que afirma mantener como rehenes en Gaza y dijo estar dispuesto a liberarlos si se dan “las condiciones de seguridad”.
“Estamos dispuestos a soltarlos por razones humanitarias cuando se den las condiciones de seguridad en el terreno”, declaró el portavoz de esa organización que combate junto a Hamas.
En respuesta, el ejército israelí calificó de “terrorismo psicológico” la difusión de ese video.
El conflicto se desplazó fuera del territorio palestino
El conflicto está teniendo repercusiones más allá del territorio palestino, y se extendió a la frontera israelo-libanesa, donde se han producido intercambios de disparos diarios entre el Ejército israelí y el movimiento Hezbollah, apoyado por Irán.
En Cisjordania, un territorio que Israel ocupa desde 1967, al menos 13 palestinos murieron este jueves durante una incursión del Ejército israelí en Jenín, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
“La mayoría de los pacientes que recibimos han recibido disparos en el abdomen y las piernas. A algunos les han destrozado el hígado y el bazo, mientras que otros presentan graves lesiones vasculares”, afirmó Pedro Serrano, de la unidad de cuidados intensivos de Médicos Sin Fronteras en Cisjordania.
“Tuvimos un caso muy triste de un hombre que caminaba justo por la entrada del hospital cuando un francotirador le disparó en la cabeza. La violencia continúa y la mayoría de los pacientes que recibimos tienen lesiones potencialmente mortales”, añadió.
Al menos 170 palestinos murieron por tiros de soldados o de colonos israelíes en ese territorio desde el 7 de octubre, según la ANP, que gobierna en Cisjordania.