Alberto Fernández definirá en una semana si aplica un toque de queda “sanitario” para frenar la circulación de personas en medio del rebrote de casos de coronavirus que afecta al AMBA.
El presidente acordó volver a reunirse, de manera presencial o vía Zoom, con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof entre el 8 y el 10 de enero, tras recibirlos en Olivos el pasado miércoles 30.
En ese encuentro se evaluará la curva de contagios y el nivel de ocupación de camas de terapia. El temor ante un descontrol de casos en la Costa, sumado a la suba exponencial de casos en el Conurbano y en la Ciudad, donde este jueves se superaron los 1400 casos por primera vez desde septiembre, llevó a los tres mandatarios a evaluar una medida extrema.
El propio presidente negó el último día del año que analice imponer un toque de queda, porque dijo que “en Argentina eso es algo muy denso”, pero habló de un “toque sanitario” que implicaría prohibir la circulación por la noche.
“Lo que ha ocurrido en Argentina y que en algunas provincias sirvió es lo que llaman el ‘toque sanitario’. Eso es que a partir de determinada hora la gente no circula por la calle y las fuerzas de seguridad si te ven circulando por la calle te llevan a tu casa de vuelta. Eso funcionó en muchos lugares del interior”, dijo Alberto. Básicamente un toque de queda es eso mismo.
Si bien en el entorno de Larreta negaron que haya propuesto restricciones, fuentes de la Ciudad aseguraron a LPO que se baraja la posibilidad de ordenar que los bares y restaurantes cierren a la medianoche. Con eso buscan evitar los focos de mayores contagios que son los encuentros de los jóvenes, sin provocar el impacto económico de tener todo cerrado durante el día. Dan por descontado que los jóvenes sigan con sus “juntadas” al aire libre, donde el riesgo de contagio es menor.