“Picaresca española”, “falta de ejemplaridad”, “desvergüenza” o “corrupción pura y dura” son algunas de las expresiones que se han empleado esta semana en España, tanto desde el ámbito de la política como del periodismo, para describir la actitud de la ya larga lista de altos cargos públicos del país que han admitido haberse vacunado contra el covid-19 antes de lo que les corresponde según la estrategia de vacunación diseñada por el Ejecutivo de su país.
Esta estrategia resulta razonablemente clara en la delimitación de sus diferentes fases y de los colectivos que deben inmunizarse en cada una, y actualmente se encuentra en la primera, cuya duración se extenderá al menos hasta marzo.
En ella se establece que las vacunas disponibles son para los residentes y personal en centros de mayores, para el personal sanitario y sociosanitario en centros de salud, y para una parte de los llamados “grandes dependientes“, es decir, personas “con necesidad de intensas medidas de apoyo” para desarrollar su vida normal.
Como puede comprobarse, ni los políticos ni ninguna otra clase de gestores públicos, ni siquiera de perfil técnico, aparecen mencionados en esta primera fase. Sin embargo, ha trascendido esta semana que varios responsables públicos de diferentes administraciones regionales de España han recibido ya al menos una dosis del antígeno, generando un considerable escándalo y no poca indignación entre la opinión pública.
Un consejero y cientos de sus empleados
El caso más sonado se ha producido en la Región de Murcia. El consejero autonómico de Salud, Manuel Villegas, así como una parte de su equipo directivo y cientos de trabajadores de los servicios de su departamento, han recibido ya una primera dosis de la vacuna. Este funcionario público ha sido el primero en presentar su dimisión, aunque le costó decidirse a hacerlo.
Desde que su vacunación irregular trascendió a los medios, el consejero murciano se mostró reticente a apartarse del cargo y defendió su decisión argumentando que es médico de profesión, aunque actualmente no la ejerce.