Deportistas se suman a las protestas antiracistas
Figuras del deporte estadounidense que respaldan el movimiento “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan), contra el racismo, consideraron insuficiente un dictamen judicial que inculpó por un delito menor a homicidio a un policía que participó en el tiroteo que dio muerte a la afroestadounidense Breonna Taylor.
Un jurado de Louisville, Kentucky -donde Taylor de 26 años fue asesinada a tiros por policías que ejecutaban un allanamiento en su apartamento a medianoche- acusó al detective Brett Hankinson de poner en peligro la vida de los demás, un delito inferior al homicidio.
“Se hizo algo, pero no es suficiente. La mayoría de los muchachos piensan que definitivamente no es suficiente”, dijo el escolta de Los Angeles Lakers Danny Green a periodistas después de que el equipo se entrenara en la burbuja de la NBA en Orlando, Florida, reseñó la agencia de noticias AFP.
Los mensajes en respaldo al movimiento “Black Lives Matter” que exigen cambios profundos en la Policía han sido un sello distintivo de los juegos de la NBA, disputados en medio de la pandemia de coronvairus, y el caso de Breonna Taylor es uno de los que se erigió como icónico dentro del movimiento.
Los playoffs se detuvieron en la burbuja durante tres días después de que los jugadores de los Milwaukee Bucks, conmocionados por el tiroteo de la policía contra Jacob Blake en Wisconsin, se negaran a entrar a la cancha y los jugadores de otros equipos respaldaran ese movimiento.
Green dijo que los jugadores de la NBA continuarán tratando de encontrar formas de promover la causa de la justicia racial y la reforma policial.
“Es difícil. Todavía estamos tratando de dar los pasos adecuados. Lo que sucedió hoy (los cargos) no fue suficiente. Sentimos, y estoy seguro de que la mayoría de la gente en todo el país sintió lo mismo”, dijo.
La reacción de consternación no se limitó a la NBA. Megan Rapinoe, ícono feminista que ganó el Balón de Oro de la FIFA 2010 entre las mujeres, después de brillar con la selección de Estados Unidos, campeona del mundo, calificó la decisión como “devastadora”.
“Dios mío. Esto es devastador y desafortunadamente no es sorprendente”, dijo la deportista.