Durante los meses de diciembre de 2018 y enero de 2019, continuó la caída en el consumo en carnes, combustibles y recreación en el área metropolitana. El 51% dice haber cambiado también los hábitos vacacionales.
Según el último informe bimestral del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y el Instituto de Proyección Ciudadana, la crisis obligó a los consumidores del Área Metropolitana de Buenos Aires a bajar el consumo de carne, lácteos y a abandonar las salidas de esparcimiento.
De los rubros donde mayor porcentaje de encuestados disminuyó el consumo, el más afectado fue la recreación (63%), en línea con los resultados obtenidos en los relevamientos previos. En segundo lugar, se encuentra el consumo de carne (48%). En tercer lugar, se encuentra el consumo de gaseosas, jugos y sodas (44%) y le sigue el 35% de los participantes de la encuesta disminuyeron el consumo de lácteos.
En la encuesta bimestral de diciembre-enero se preguntó además sobre el consumo de vacaciones y los resultados arrojaron que el 51% de los encuestados indica haber cambiado sus hábitos durante el período. Se se suma un 15% que contestó que no tiene planeado irse de vacaciones y otro 15% que todavía no sabía si lo iba a hacer.
Tal como muestra el informe, el sector que más se resintió y tuvo que cambiar sus hábitos de consumo por la crisis fue el de menores ingresos. Acerca del gasto en carnes, el 64% de los más pobres dijeron haber consumido menos. En lácteos el 44% y en bebidas el 55%.
La excepción está en el gasto en salidas ya que los que más ajustaron fueron los de mayores ingresos. El 87% de los encuestados de este grupo dijeron haber ajustado su economía en ese rubro.
El único rubro en que se ve un aumentaron significativo del consumo de los sectores socioeconómicos con menores ingresos es el de fideos, harinas y arroces, un 15%, lo que según el CEPA muestra una propensión a reconfigurar el consumo en términos de hidratos de carbono, relativamente más baratos.
En términos generales, mientras que los de nivel socioeconómico bajo tienden a reducir más el consumo en productos de primera necesidad, los sectores medios y altos lo hicieron en salidas recreativas y combustibles.