El ataque a la lancha que manejaban supuestos narcos venezolanos del Tren de Aragua generó tensión con el régimen de Nicolás Maduro y potenció la idea de una inminente invasión a Venezuela para combatir contra los carteles en el territorio, una hitpeosis que todas luces es descabellada y generaría efectos desastrosos.
Sin embargo, en paralelo a esta agenda de confrontación existe una línea subterránea de diálogo entre los dos gobiernos con un común denominador: Chevron.
La petrolera estadounidense nunca dejó de operar en Venezuela, a pesar del ida y vuelta de la retórica. LPO contó en marzo de 2022, en una primicia exclusiva, que la empresa norteamericana fue la única que se mantuvo en territorio venezolano y el Secretario de Estado extendió la autorización para que siga operando hasta junio de ese año.
Las presiones de Chevron al Gobierno de Biden han sido notorias durante todo el 2021 y la guerra entre Rusia y Ucrania generó las condiciones para su ejecución como parte de la estrategia de Washington para estabilizar el mercado petrolero ante las sanciones impuestas a Moscú.
Trump destruyó una lancha con supuestos narcos venezolanos y eleva la tensión con Maduro
Con la vuelta de Trump el escenario no solo no cambió sino que se potenció porque la empresa fue un importante donante de la campaña republicana y hay muchos funcionarios que son cercanos, entre ellos, el enviado especial para Venezuela, Richard Grenell, recibido por el propio Maduro en el Palacio de Miraflores.
Es justamente Grenell el que participar de reuniones secretas en Bogotá con el presidente de la Asamblea Nacional y uno de los hombres de máxima confianza de Maduro, Jorge Rodríguez.
Una fuente que opera como nexo entre Chevron y el régimen chavista dijo a LPO tras el ataque a la lancha que “no ha trascendido nada sobre la situación de la licencia de Chevron vis-a-vis los últimos incidentes con el “strike” a la lancha sindicada como del Tren de Aragua. Hasta la semana pasada los tanqueros de Chevron estaban llegando a Venezuela y desde Caracas no hay viso que se piense detener esos embarques”.

Richard Grenell con Maduro durante su visita al Palacio de Miraflores en marzo.
Respecto de si hay diferencias en la Administración Trump respecto a la política con Venezuela y Chevron, esta fuente afirmó que “todo parece indicar que se trata de una estrategia de dos puntas que por un lado, otorga licencia para Chevron y por la otra interna meter presiona a Caracas”. “Chevron tiene acceso directo a Trump y no necesita intermediación de Rubio”.
Además, insitió, que “ni Grenell ni Rubio actúan de manera independiente sin el consentimiento de Trump”. De acuerdo con este articulador que dialoga periódicamente con los altos funcionarios de Venezuela, el gobierno de Maduro vende un millón de barriles de petróleo diarios de los cuales 400.000 van a China, 250.000 van a Estados Unidos y el resto se reparten entre producción europea, Cuba y uso doméstico.
Tensión militar en Venezuela: en Chevron creen que Trump podría atacar infraestructura de PDVSA
De todas formas, los directivos de Chevron no son ajenos a la tensiones. LPO reveló en exclusivo que el ruido por el despliegue armamentístico de Estados Unidos en el Caribe genera temor a que Washington ataque instalaciones de la petrolera estatal venezolana que podrían afectar la operación de la firma estadounidense. Así lo deslizaron a LPO desde las oficinas regionales de Chevron.
El nuevo marco operativo de la empresa en Venezuela es absolutamente reservado y establece que se le pueda pagar al gobierno de Nicolás Maduro con barriles de crudo, algo elemental para eludir sanciones. Los acuerdos con privados le representan a PDVSA aproximadamente 900 millones de dólares mensuales.