El superávit fiscal que celebran propios y ajenos confirma cierta resistencia a reconocer que hay un elefante en la sala. Es de público conocimiento que el resultado de las cuentas públicas responde al guadañazo sobre las jubilaciones, la paralización de la obra pública y la interrupción de los giros a las provincias. La novedad de ahora es que el gobierno reconoció por decreto que con esto ya no alcanza.
El Poder Ejecutivo dispuso, entre una serie de modificaciones sobre el presupuesto, que organismos públicos y entes autárquicos deberán invertir sus excedentes en financiar al fisco.
La medida alcanza a la Administración Nacional, conformada por la Administración Central y los Organismos Descentralizados, comprendiendo en estos últimos a las Instituciones de Seguridad Social y comprende a empresas y sociedades del Estado, entes públicos y fondos fiduciarios integrados total o mayoritariamente con bienes y fondos del Estado nacional. Quedan exceptuados bancos públicos, Poder Legislativo Nacional, Poder Judicial de la Nación ni al Ministerio Público.
Como sea, se trata de una millonada. Solo para citar un ejemplo, ARCA tiene más de 700.000 millones de pesos suscritos en bonos del Tesoro. “Son el excedente de la compatibilización, con lo cual la mitad de la plata es de las provincias”, indicó el ex titular de Aduana Guillermo Michel en una entrevista concedida a América.
Resulta llamativo que las provincias no intimen a la Nación por esta discrecionalidad en el manejo de los fondos distritales. Desde un municipio de la Patagonia dijeron “los recursos apropiados por la agencia de recaudación nacional provocaron quiebras en muchas intendencias. Sobre todo son los municipios los que están financiando el supuesto equilibrio fiscal”, afirmó a LPO el jefe comunal.
Este municipio patagónico tenía, en enero de este año, una masa salarial de 2.800 millones de pesos e ingresos coparticipables por 2.750 millones de pesos. En el primer trimestre los ingresos cayeron un 30%. En abril el municipio recibió 2.200 millones de pesos, 600 millones menos, en términos nominales, que en el primer mes del año. “Con esa plata, ARCA le compra deuda al Tesoro para que pague más deuda. El tema es que ese rulo es cada vez más caro”, completó el intendente consultado.
“En definitiva, es un municipio fundido, inviable, con un déficit cercano al 30%, unos mil millones de pesos mensuales, que el gobierno provincial tampoco puede absorber”, concluyó.